jueves, 11 de diciembre de 2008

- Derechos Humanos en el Siglo XXI.

Una vez acabados los festejos y conmemoraciones oficiales del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no estaría de más que volviéramos a recuperara una mínima humildad y sensatez para hacer un análisis realista y objetivo sobre su aplicación en estos 60 años desde su existencia.

Antes de nada y para que nadie diga después lo que no se ha dicho, reconocer la vigencia en el tiempo, la validez ética y moral de estos 30 artículos, plenos de derechos, libertades, formulados bajo principios básicos de libertad, igualdad, fraternidad y no discriminación; no hay duda de que ha sido y deberá seguir siendo bandera de aquellos que queremos transformar esta sociedad por otra más justa y solidaria.

Sin embargo, y una vez dicho lo dicho, al instante siguiente deberíamos reconocer que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ha ido perdiendo su original intención de ser guía en la universalización de derechos y libertades fundamentales para acabar convirtiéndose en un mero papel, como otros, lleno de promesas formales, que son utilizadas para justificar las agresiones, los expolios y las políticas expansionistas de las potencias económicas, que para más inri son incapaces de aplicarlas y hacerlas efectivas en sus propios países.

Muchos son los datos para no ser optimistas con respecto a la aplicación y extensión de los derechos humanos, pongamos algún ejemplo.

No hace mucho, un estudio de la Universidad de las Naciones Unidas aseguraba que el 1 % de los más ricos del planeta posee el 40% de la riqueza global, mientras que la mitad más pobre solo es dueña del 1%, lo que inevitablemente ha conllevado que 1.100 millones de personas sobrevivan con menos de un dólar al día, sin techo, agua potable ni alimentación suficiente, de los cuales 11 millones de niños y niñas morirán cada año a causa de enfermedades como la malaria, la diarrea o la neumonía.

Así mismo, es también por todos conocido que tras el fin de la II Guerra Mundial, las guerras y conflictos bélicos siguen llenando las cunetas y cementerios con millones de muertos y desaparecidos, población civil en su gran mayoría compuesta por mujeres, niños y ancianos; generaciones enteras a las que se les ha expropiado lo que era suyo y que no han conocido otra cosa que la guerra, los campos de refugiados, el miedo y la muerte; Irak, Congo, Ruanda, Afganistán, Sudan, Bosnia-Herzegovina, Colombia, Palestina, Líbano y muchos otros son solo botón de muestra.

Por último, en este pequeño repaso sobre lo que nuestros dirigentes políticos y poderes fácticos no quieren recordar en sus homenajes y conmemoraciones, citar el especial padecimiento y vulneración en los derechos humanos y libertades fundamentales de la población inmigrante, con o sin papeles, colectivo especialmente explotado, marginado, segregado y humillado, población inmigrante por motivos económicos y políticos que en Europa, cada día que pasa, tiene más dificultades para vivir dignamente y en libertad gracias a leyes injustas y antidemocráticas como la Directiva de la Vergüenza que imponen nuestros dirigentes.

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud, el bienestar y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado; toda persona tiene derecho al trabajo; toda persona tiene derecho a la satisfacción de sus derechos económicos, sociales y culturales; derechos todos ellos que fueron proclamados sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Estos derechos, así como otros derechos de igual relevancia, recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos son olvidados y permanentemente conculcados por los gobiernos, poderes fácticos y grupos de presión de las principales potencias económicas, mientras sin sonrojo ni vergüenza exigen cumplimiento de los propios.

En este 60 Aniversario creo que es necesario recuperar un concepto básico del pensamiento progresista del último siglo, que no es otro que reivindicar que los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos y ciudadanas, de los que conforman las mayorías sociales de los pueblos, deben estar por encima de los intereses individuales y particulares de los poderes económicos y multinacionales.

Hoy más que nunca debemos renovar nuestro compromiso activo y ético en la defensa de los derechos humanos, hoy más que nunca es necesario movilizarse y seguir trabajando, desde todas las instancias personales y colectivas, para su reconocimiento y respeto universal en otro modelo de sociedad, mientras tanto los dirigentes políticos de las principales potencias económicas, incluida la nuestra, deberían pedir disculpas por el fracaso sobre el respeto a los derechos humanos en estos 60 años y comprometerse a adoptar medidas concretas que mejoren la situación actual.

viernes, 7 de noviembre de 2008

- Bienvenido, mister Barack Obama.

La elección de Barack Obama como presidente de los EEUU debemos considerarla, sin ningún género de dudas, como un hecho político transcendental y de enorme repercusión para el futuro de la ciudadanía norteamericana así como para gran parte del mundo.

Transcendental y de enorme repercusión no porque Barack Obama sea un peligroso izquierdista, que no lo es, o porque pretenda un cambio inmediato y radical del actual modelo político y económico, que tampoco lo ha dicho ni hará, sino sobre todo, por el tiempo y la forma en que se ha producido su victoria y por la esperanza e ilusión social que ha generado su mensaje de cambio en la parte más desfavorecida de la sociedad y que en el futuro puede posibilitar una mayor presión y una mayor profundización en la transformación y avances sociales que necesita la sociedad norteamericana.

Debemos recordar, en primer lugar, que el destino de millones de personas que viven tanto dentro como fuera de los EEUU están y van seguir estando, en los próximos años, en manos de los que toman las decisiones en EEUU, por lo que la elección de Barack Obama pone fin y alivio a casi una década de gobierno de la administración de George Bush, un administración déspota e imperialista que será recordada en el ejercicio de su quehacer político como uno de las administraciones más sangrientas, ultraconservadoras y antisociales de la historia reciente.

En segundo lugar, señalar que la candidatura y posterior victoria de Barack Obama, primer presidente “no blanco” de los EEUU, ha sido posible gracias a una movilización y a una participación ciudadana sin precedentes en los últimos años, que ha dado como resultado una participación electoral histórica de los que nunca votan y que solo ha sido posible gracias al apoyo expreso y mayoritario de la comunidad afroamericana (90 % de apoyos), de los hispanos (70 % de apoyos) y de una amplia mayoría de la juventud y de la clase trabajadora, en definitiva, de la mayoría de la sociedad civil norteamericana.

También creo que es necesario dejar constancia y en tener lugar, que la victoria de Barack Obama es la victoria de muchos americanos y americanas que desde hace decenas de años han luchado y trabajado por la igualdad y el respeto a los derechos humanos en los EEUU; de muchos de los que día a día han luchado y seguirán trabajando en sus comunidades por acceder una sanidad pública de calidad que les posibilite una mayor esperanza de vida (32 millones de norteamericanos/as no llegan a los 60 años); de muchos de los que aspiran y traban por una vida digna y confortable (45 millones viven bajo el nivel de pobreza) o de los que reivindican y trabajan por una educación accesible (52 millones de norteamericanos/as son analfabetos); la victoria de Barack Obama es la victoria de los que han trabajado y sin duda seguirán trabajando en los próximos años para que las relaciones entre los países se fundamenten en el respeto, la solidaridad y el entendimiento entre naciones, compuesta por hombres libres, en paz y sin violencia.



Por último, reconocer que el discurso y los mensajes electorales de Barack Obama han estado cargados de propuestas claramente progresistas: su convicción en la necesidad de reordenar las prioridades de los fondos públicos y comprometer a las instituciones públicas en la atención de las necesidades de la sociedad por encima de los intereses del gran capital; sus críticas a los excesos del neoliberalismo y de la especulación financiera; su compromiso a retirar las tropas de Irak en el año 2.010; su énfasis en la necesidad de privilegiar el diálogo por encima de las medidas de fuerza; su apuesta por la eliminación de las armas nucleares; la posibilidad de poner fin al embargo y cerco de Cuba y a clausurar la prisión de Guantánamo; su compromiso en la lucha contra el hambre, la pobreza y la enfermedad en todo el mundo y un largo etcétera hacen pensar que sin esperar cambios radicales en el ejercicio del poder de los EEUU, con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, sería injusto no reconocer las marcadas y positivas diferencias políticas y humanas entre el triunfador de los comicios norteamericanos y sus predecesores, particularmente con Ronald Reagan y George Bush.


A su favor su energía, su estilo, su capacidad de comunicación y de generar una posición mayoritaria en la sociedad norteamericana a favor de la esperanza, del cambio y del entendimiento entre los pueblos en la búsqueda y construcción de un mundo mejor y más estable.

En su contra esa inevitable prepotencia y complejo de superioridad que todo norteamericano parece tener, que también ha aparecido en alguno de sus discursos, pero sobre todo, la radical oposición que va a sufrir por parte de los poderes económicos más neoliberales y lobis de presión ultraconservadores de los EEUU.

A corto plazo dos asuntos van a ser claves para una mayor evaluación y credibilidad de sus posiciones y de su acción política, por una parte, la posición que finalmente tome EEUU en las guerras de Irak y Afganistán, y por otra el contenido real de las medidas económicas y sociales que tendrá que poner en marcha ante la grave crisis que vive y padece la sociedad norteamericana.
Mientras tanto, y pese a mí relativo pesimismo sobre la condición humana y su capacidad de autodestrucción, en este mundo tan lleno de incertidumbres estoy seguro que somos muchos los hombres y mujeres progresistas y de izquierda a los que nos gustaría ver a EEUU compartiendo problemas y arrimando el hombro.

La posición, los instrumentos y los recursos con los que va a contar Barak Obama para sumarse y trabajar por una transformación global a favor de la mayoría y por mundo más sostenible son extraordinarios y en cualquier caso que EEUU se humanice es esperanzador para todos, la oportunidad de Barack Obama para posibilitar otro mundo posible, es inmejorable. El tiempo lo dirá y actuaremos en consecuencia, mientras tanto y no demuestre lo contrario, bienvenido, míster Barack Obama.

Latinos por Obama


Primer discurso de Barack Obama como Presidente de los EEUU


viernes, 17 de octubre de 2008

- Tiempo y oportunidad de grandes cambios.

Después de varias décadas de fundamentalismo económico, dos de los sacrosantos mitos del sistema capitalista amenazan con derrumbarse. Primera, el mercado siempre tiene razón y es capaz de autoregularse. Falso, la avaricia del actual sistema ha llegado a tales niveles de especulación y manipulación que lejos de estar sustentada en una economía productiva o real, se ha convertido, en una economía ficticia, virtual, o lo que es lo mismo, inexistente. Segunda, cuanto menos intervenga el Estado en el mercado mejor. Falso también, la dimensión de la actual crisis del sistema es consecuencia directa de su falta de regulación y transparencia y sobre todo de la dejación que han hecho nuestros gobernantes políticos en su obligación de velar por el interés general y por los derechos de la ciudadanía.

La combinación de ambos mitos y la falta de valores éticos de gran parte de nuestros dirigentes, son causas principales de la estrepitosa caída del actual sistema financiero, que en la mayoría de los países ha destapado una encubierta crisis estructural de sus economías reales, que como siempre pagaremos el conjunto de la sociedad.

Mientras Europa, con el dinero de todos, inyecta 1,5 billones de euros (100.000 millones de euros en el estado español) para salvar a los bancos y entidades financieras, bancos y entidades financieras que cada año tienen más beneficios que nunca socializan (en el estado español, en el año 2.007, los beneficios de los principales bancos y cajas se incrementaron en una 43 %), nuestros dirigentes políticos siguen empeñados en privatizar y reducir los servicios públicos (Directiva Bolkestein) o ampliar la jornada laboral máxima a 65 horas (Directiva 65 horas).

Los mismos dirigentes políticos que en el estado español, durante muchos años de “crecimiento”, con enormes beneficios en las grandes empresas (un 73% entre 1999 y 2006), han permitido que 11 millones de ciudadanos y ciudadanas ganen menos de 14.000,00 € brutos al año, los famosos mil-euristas; los mismos dirigentes que han consentido que el poder adquisitivo de nuestros salarios se reduzca un 4 % entre los años 1995 y 2005, mientras que el gas, a modo de ejemplo y en lo que llevamos de año, haya subido un 18 %. ¿ Porqué nos engañan tantas veces ? ¿ Porqué aguantamos tanto ?.

Dirigentes que en Navarra, se ponen de ejemplo de buen hacer y excelencia en la gestión de las instituciones y que realmente, como muy bien nos recordaba IU recientemente, son capaces de comprar con el dinero de nuestros impuestos el 1 % de Iberdrola desembolsando más de 173 millones de euros y hoy (a 17 de octubre) apenas valen 51 millones de euros.

En las últimas décadas la acción política de esos mismos dirigentes políticos, conservadores y/o socialdemócratas, han trabajado y colaborado en la definición y construcción del actual sistema neoliberal, básicamente de común acuerdo tras la caída del muro de Berlín en el año 89, sintonía con las directrices marcadas por el FMI, G-7, Banco Mundial y otras jerarquías neoliberales de las que ahora todos renegarán, en pleno transformismo ideológico, aunque transitorio, ya que en el momento que pase el actual ciclo descendente de la economía, como ellos dicen, seguirán practicando sus mismas políticas económicas en favor de los de siempre.

Pero que nadie se equivoque, aunque la actual crisis en ningún caso va a suponer el fin del actual sistema neoliberal, fundamentalmente debido a la inexistencia de una alternativa de izquierda sólida y consolidada que sea capaz de ofrecer un modelo social de progreso y crecimiento sostenible a favor de la gran mayoría de sus ciudadanos y ciudadanas, no es menos cierto que a partir de ahora nada será igual, en las últimas semanas son muchas las máscaras que han caído y los engaños que hemos descubierto. Puede ser tiempo y oportunidad de cambios profundos.

Para ello es necesario exigir y recuperar los valores éticos en la acción y en la gestión política del interés general interviniendo en el sistema económico para corregir los graves desequilibrios que produce el mercado y una falsa competencia que siempre favorece a los que más tienen, regulando y limitando las decisiones de las entidades bancarias y financieras, verificando sus cuentas, sus recursos reales y solvencia patrimonial, poniendo límites a los salarios e indemnizaciones de sus ejecutivos y altos cargos, recuperando y fortaleciendo los servicios públicos estratégicos, eliminando los paraísos fiscales y persiguiendo penalmente las prácticas corruptas y fraudes, que legalmente denominaban negocios especulativos de alto riesgo.

Como decía antes, puede ser tiempo y oportunidad de grandes cambios, muchos de ellos se van a producir de manera inevitable, ya que, el actual modelo económico neoliberal es insostenible en su concepción actual, la crisis es algo más que un desajuste del sistema y no tendrán más remedio que reconducirla severamente. No solo ha puesto en bancarrota a muchos de los más grandes bancos y principales entidades de inversión del mundo, sino que han puesto en peligro el equilibrio económico de numerosos estados, ha puesto en peligro nuestros ahorros, nuestras pensiones, nuestros puestos de trabajo, nuestro sistema de protección social y servicios públicos.

Tiempo y oportunidad de grandes cambios, que para que no se queden en un mero maquillaje y en una nueva vuelta de rosca hacia el caos, tienen que ser liderados por una izquierda renovada y transformadora, sin hipotecas con la derecha, sin peajes con los poderes económicos, desde la conformación de mayorías sociales de progreso, desde la transparencia, desde la participación activa de la ciudadanía, una izquierda que construya, ética y eficaz con el objetivo prioritario de trabajar a favor de la mayoría, posibilitando nuevos retos, nuevos modelos y avances sociales, nuevos valores, practicando la solidaridad y la justicia social,

Como recientemente y con su habitual ironía, nos decía José Saramago, la izquierda tiene que pensar, tiene que actuar, tiene que arriesgar, ya que en caso contrario, llegaremos a su misma conclusión ¿Dónde esté la Izquierda?.

lunes, 22 de septiembre de 2008

- Crisis económica, acción pública y transformación social.

Una vez más parece que en nuestra vieja y querida Navarra, los dos grandes partidos, UPN y PSN, dedican más esfuerzos a repartirse el poder y en ponerse de acuerdo en sus intereses políticos a corto plazo, que en reconocer y ponerse a trabajar, junto al resto de partidos y organizaciones sociales, en la resolución de la grave crisis que padece en estos momentos el actual sistema económico, también el navarro, y que ya estamos pagando gravemente la gran mayoría de la sociedad navarra.

PSOE y PP en Madrid, en diferente grado y UPN en Navarra, en su versión más liberal, han venido apostado por un modelo de crecimiento económico basado en la búsqueda del mayor beneficio en el menor tiempo posible, máxima del modelo capitalista imperante, el neoliberalismo, frente a otro modelo de crecimiento más equilibrado, más diversificado y sostenido, generador de riqueza y valor añadido, más solidario con las rentas bajas, equitativo y respetuoso con el medio ambiente y con los recursos naturales.

Un modelo económico que ha estado basado en la defensa de la primacía absoluta del libre mercado y en la libertad de movimientos del capital, en la existencia de paraísos fiscales y en políticas fiscales injustas e insolidarias, en la privatización de los servicios públicos y en el recorte del gasto social; un modelo económico especulativo, basado en la desregulación, en la falta de transparencia y en la no intervención del estado, que ha posibilitado y permitido que unos pocos ganen, durante muchos años, cantidades ingentes y vergonzosas de dinero. El mismo modelo que han practicado los grandes bancos y las multinacionales, del FMI y del G-7, el modelo de la gran patornal CEOE y del CEN, de los que nunca socializan sus beneficios y ahora se rasgan las vestiduras y reclaman ayudas institucionales millonarias, con los impuestos de todos, en aras del interés general.

Es hora que UPN y PSN admitan que la actual crisis económica es algo más que un ciclo descendente de la economía mundial y que reconozcan que la combinación de la especulación financiera e inmobiliaria y un desmedido consumo sustentado en créditos y en un endeudamiento permanente han posibilitado, particularmente en el estado español, que hayamos pasado, en pocos meses, del falso y manido “todo va bien” a ser uno de los estados de la unión europea con peores previsiones económicas y desempleo.

Porque si no, qué ha hecho UPN y el PSN en Navarra por una vivienda digna y asequible, por un modelo de crecimiento urbanístico equilibrado y adaptado a las necesidades reales de la sociedad ?, no han hecho nada, solo han fomentado la especulación y los pelotazos inmobiliarios permitiendo la existencia de 20.000 viviendas vacías en Pamplona y su comarca mientras seguían recalificando terrenos y promoviendo la construcción de otras 40.000 viviendas, a precios desorbitados, que no se necesitaban .

Qué ha hecho UPN y el PSN por una política fiscal justa, reparadora de de los desequilibrios económicos y territoriales existentes en Navarra, garante de servicios y dotaciones públicas de calidad?; han reducido los impuestos favoreciendo a las grandes empresas, a las multinacionales y a las clases más altas; han permitido enormes desviaciones en la ejecución de nuevas infraestructuras y obras públicas; han incumplido sus compromisos presupuestario en inversiones y gasto social, degradando los servicios públicos (transporte, guarderías 0-3 años, educación, asistencia domiciliaria, etc., etc.) para su posterior privatización mientras cada día, eso sí, crean más puestos de designación política, a dedo, compatibilizando salarios en consejos y empresas participadas, que el día de mañana, les garantizará pensiones e ingresos millonarios.

Que ha hecho UPN y el PSN por una política de crecimiento económico de futuro, generadora de riqueza real y empleo estable, sostenida e integradora?; también muy poco, sobre todo han subvencionando proyectos que luego desaparecen mientras las micro pymes, las pequeñas empresas y los proyectos innovadores carecen de ayudas y apoyo institucional; han fomentado grandes superficies, dotaciones faraónicas y desproporcionadas que destruyen el pequeño comercio y deprimen nuestros pueblos y barrios; han construido una industria dependiente de la automoción sin apostar por el futuro de la formación profesional, de la educación, de la investigación y de las nuevas tecnologías.

Es falso que desde la gestión de la economía pública e institucional no podamos trabajar y practicar por un modelo económico diferente, es falso que no existen diferencias entre la izquierda y derecha , es falso que no se pueda hacer una política económica más progresista, más social y redistributiva, más sostenible y solidaria, que genere riqueza, que trabaje y promueva otro modelo de sociedad.

Las fuerzas progresistas y de izquierdas de Navarra tienen que mover ficha y apostar por un mayor protagonismo de las instituciones navarras en la regulación de su propio mercado, de su entorno económico y financiero, particularmente de sus empresas públicas y participadas, de Caja Navarra y empresas dependientes; tienen que ejercer un mayor control e implantar auditorias sobre las actividades subvencionadas con contrapartidas en la reinversión de sus beneficios y blindando su posible deslocalización; tienen que profundizar en la verificación del gasto y del coste realmente ejecutado por las empresas contratadas en la ejecución de las inversiones públicas; tienen que liderar y ejecutar, con recursos públicos y gestión directa, proyectos empresariales estratégicos, particularmente de I+D+i; tienen que activar políticas para recuperar los servicios públicos que han sido privatizados y que son básicos para mantener un estado de bienestar y unos servicios sociales de calidad en momentos de crisis.

Las fuerzas progresistas y de izquierdas de Navarra tienen también que apostar por introducir en los pliegos de condiciones administrativas y contratos de adjudicación cláusulas que favorezcan proyectos de economía social y cogestión; cláusulas que garanticen el cumplimiento estricto de los derechos laborales y favorezcan la integración y contratación de los colectivos más desfavorecidos y marginados de nuestra sociedad; cláusulas de discriminación positiva a favor de las empresas con prácticas de comercio justo, de responsabilidad social y respeto al medio ambiente; cláusulas solidarias con el comercio justo y la economía ética.

lunes, 8 de septiembre de 2008

- La hora de Nafarroa-Bai.

En estos últimos meses, en los partidos y en los diferentes grupos de independientes, muchos están siendo los debates sobre la necesidad de definir más nítidamente las bases, la acción y las formas sobre las que debe trabajar y hacer política Nafarroa Bai al objeto de cohesionar la propia coalición y posibilitar que la ilusión y expectativas que se crearon en gran parte de la sociedad más progresista y de izquierda de navarra, en mayo de 2.007, se transformen en un proyecto sólido, con capacidad de transformar la realidad y lograr avances cuantificables en las legítimas aspiraciones de progreso y cambio que mayoritariamente tiene la sociedad Navarra.

Para muchos, en mi opinión para gran parte de su base social y electoral, Nafarroa Bai representa, mayoritariamente, a la parte más sensible y solidaria de las sociedades civiles y pueblos de Europa que todavía aspiran y creen en otro tipo de sociedad, que creen que el actual modelo político y económico está agotado, que es necesario modificar, profundamente, las bases sobre la que se asienta una sociedad sustentada en la barbarie, cada día más embrutecida, competitiva, consumista, injusta y carente de valores, que por primera vez en sus miles y miles de años de existencia está siendo capaz de poner en riesgo su propia supervivencia y el futuro de las próximas generaciones.

Nafarroa Bai, por primera vez en décadas, ha posibilitado el trabajo unitario, transversal y transformador de miles y miles de navarros y navarras que aspiran a cambiar Navarra, que aspiramos a gestionar los intereses de la mayoría a favor de la mayoría, que aspiramos cada día a ser más libres y a gestionar mejor los intereses colectivos, menos condicionados por los poderes fácticos porque somos capaces de ser críticos y tener opinión propia, que apostamos por proyectos comunitarios y estamos dispuestos a que los beneficios e impuestos que deben pagar los que más tienen se inviertan, más y mejor, en beneficio de la propia sociedad.

Un cambio que aspira quitar a la derecha de UPN-PP la nefasta gestión de los intereses generales de un pueblo que en los últimos 20 años, sistemáticamente, han sido suplantados por los intereses de los más poderosos, de los que más tienen y cada día, obsesivamente, más quieren.

Un cambio incompatible con la violencia frente a la acción política, incompatible con la imposición frente al derecho a la identidad y a la capacidad de decidir, incompatible con la falta de crítica y autocrítica, con él sectarismo y con la incapacidad de construir, incompatible con el victimismo, con creerse poseedor de la única verdad y con el mal hacer.

Un cambio que el PSN-PSOE prometió y sistemáticamente incumplió como consecuencia de su incapacidad de transformar el actual modelo político y económico por otro más justo, democrático y equitativo, limitándose a ofrecer la cara más social y benefactora del capitalismo, cuando no, como en el caso de Navarra, a sustentar directamente el gobierno de la derecha más clasista y conservadora.

Un cambio que necesariamente pasa por mantener el proyecto de Nafarroa Bai, por mantener la unidad que nos prometieron generosamente sus dirigentes en vísperas electorales ante luces y taquígrafos, con sonrisas y abrazos, que presagiaba un trabajo unitario, intenso, responsable, proporcional a la confianza recibida y a las demandas sociales de más 80.000 ciudadanos y que al día de hoy conlleva, si cabe, una mayor responsabilidad política cuando, en plena crisis económica, el pacto UPN-PSN mira para otro lado y son incapaces que ofrecer alternativas profundas y efectivas para que la crisis no la paguen los de siempre.

Es hora que los dirigentes de Nafarroa Bai, especialmente los de los partidos e independientes, hagan un ejercicio de responsabilidad, se pongan a la altura del momento y de la oportunidad política que les ha tocado vivir y den prioridad en su trabajo a los intereses de la colectividad que representan y no caigan en los mismos errores y prácticas que ellos mismos critican en otros, que no se deslumbren con los flases y las bambalinas del poder, que dediquen más esfuerzo e intensidad al trabajo diario en favor de la comunidad, a gestionar y resolver los problemas reales de la sociedad, desde la firmeza pero sobre todo desde un trabajo serio, sensato, efectivo, con propuestas cercanas y evaluables.

Es hora que los dirigentes de Nafarroa Bai, con o sin etiquetas de partidos e independientes, demuestren que su apuesta por Nafarroa Bai, por los navarros y navarras es estratégica, auténtica, comprometida y no un movimiento táctico para mejorar la posición institucional de tal o cual partido, que su apuesta por Nafarroa Bai no es un mero trampolín para promociones individuales, con mucha palabrería y purpurina pero carente de contenidos.

Por todo ello creo, a título individual, que ha llegado la hora de definir más nítidamente las bases, acción y formas sobre las que debe trabajar y hacer política Nafarroa Bai, tanto externa como internamente, es hora de exigir a nuestros dirigentes que digan lo que quieren y hagan lo que dicen, es hora de recordarles que tienen que responder a los mandatos de la última asamblea, que sus cargos y responsabilidades personales e institucionales son delgadas, revocables y que sin acuerdos, sin mayorías sólidas y estables no será posible el cambio en Navarra que demanda la base social de Nafarroa Bai.

domingo, 27 de julio de 2008

- Ética y Estética.

La corrupción política, relacionada generalmente con la corrupción urbanística y económica, ha constituido una de las principales lacras e injusticias que hemos padecido en Navarra.

Recalificaciones urbanísticas fraudulentas, desviación de fondos públicos, tráfico de influencias, adjudicaciones directas, concursos públicos amañados, designaciones a dedo, comisiones ilegales y desviaciones presupuestarias injustificadas son algunas de las muchas caras de una misma moneda, que no es otra, que el fraude y la corrupción económica en la gestión de lo que es de todos, los bienes y servicios públicos.

Fraude y corrupción económica que desgraciadamente cuenta con una cierta aceptación social en la lógica del actual sistema económico, intrínsecamente perverso e insolidario, donde el prestigio y el estatus personal se mide exclusivamente en términos económicos y donde el pelotazo y el rápido enriquecimiento está justificado en sí mismo por el fin que persigue, el éxito individual.

Muchos, variados y de gran volumen económico han sido los casos de corrupción política en Navarra, casos que casi siempre han estado vinculados a la utilización del poder público para el enriquecimiento individual y/o defensa de los intereses patrimoniales de sus familias o para la financiación ilegal, directa o indirecta de los partidos políticos, lo que en muchos casos ha implicado la combinación de ambos, es decir, yo miro para otro lado, te justifico o te cubro legalmente y tu financias al partido.

Es verdad que la mayoría de los casos de corrupción económica por el poder político han estado protagonizadas por personas vinculadas al PSN y UPN, sin embargo haríamos demagogia y mentiríamos sino reconociéramos que el problema del fraude y la corrupción política afecta a todos los partidos y que en el tiempo que nos ha tocado vivir el fraude y la corrupción parece que son consustanciales al género humano, lo que no siendo cierto, si lo es en gran medida su justificación social.

El riesgo de la contaminación de las listas electorales por personas corruptas, en la actualidad es una realidad que afecta y atañe a todos los partidos políticos y organizaciones sociales, ya que, en nuestra sociedad ser alcalde o concejal, parlamentario o miembro de una ejecutiva, gerente, director o secretario general es una ocasión inmejorable para medrar, para ascender, para posicionarse y posibilitar de forma inmediata o en el futuro una mejor posición económica que de otra manera no se obtendría.

Sin lugar a dudas uno de los principales aciertos de Nafarroa Bai en los procesos electorales a los que ha concurrido ha sido su discurso y compromiso público en combatir radicalmente la utilización del poder político en favor de intereses económicos individuales o privados, es decir, su compromiso ético en la lucha contra el fraude y la corrupción económica en la actividad política de Navarra.

Compromiso ético, no sólo por considerarse consustancial a nuestros postulados progresistas y de izquierda y por tanto comprometidos con una sociedad diferente donde impere la solidaridad y la justicia social, sino también, compromiso ético para transformar el feroz individualismo que nos corroe y sustituirlo por un nuevo concepto de sociedad entendida como conjunto de individuos donde prime el interés global. Compromiso ético en hacer lo que se dice y decir lo que se hace.

Frente a la corrupción política en la gestión de lo público, Nafarroa Bai ha asumido la responsabilidad de ejercer efectivamente otra forma de hacer política, lo que en definitiva no puede ser otra cosa, dicho de forma sencilla y clara, que cuidar del pueblo, de sus derechos colectivos, atendiendo sus necesidades frente al lucro y la prebenda individual, en definitiva, practicar la justicia social.

Y para ello es imprescindible reconocer que el actual ordenamiento jurídico no ha sido suficiente para acabar con la corrupción, sin alarmismos pero reconociendo la necesidad de poner fin a unas prácticas que tantas veces en Navarra han generado una enorme rabia y alarma social y que sólo conducen a la pérdida de los más elementales principios morales y sociales, Nafarroa Bai debe tomar la iniciativa, no sólo en la oposición sino y sobre todo donde tiene responsabilidades de gobierno, promoviendo iniciativas en el ámbito de los ayuntamientos y parlamento de Navarra al objeto de que nuestro compromiso contra el fraude y la corrupción sea real y efectivo.

Transparencia en la gestión de los expedientes administrativos con acceso a una mayor información y participación del ciudadano en su tramitación; auditorías internas; información pública de todos los acuerdos e instrumentos de planeamiento urbano, especialmente en los convenios municipales; investigación y persecución en las recalificaciones urbanísticas especulativas o ligadas a cargos públicos o al de sus familiares; estudio e investigación de las desviaciones presupuestarias, adjudicaciones directas y concursos públicos cuando existan denuncias de posibles fraudes; elaboración de ordenanzas municipales que potencien códigos éticos, de sostenibilidad y protección del medio ambiente; ampliación del régimen de incompatibilidades para cargos públicos y/o cargos de designación directa son algunas iniciativas a promover desde Nafarroa Bai, pero en mi opinión sobre todo y como garantía de nuestro compromiso, es urgente la elaboración de un “Código Ético de los cargos públicos de Nafarroa Bai”, ya que, para Nafarroa Bai la lucha contra el fraude y la corrupción en la acción política nunca deberá ser un problema estético sino ético, consustancial a sus principios y a su definición progresista y de izquierdas, porque no todos somos iguales y para nosotros es y debe seguir siendo un mínimo irrenunciable en nuestro trabajo público.

sábado, 14 de junio de 2008

- Nafarroa Bai, nuevos retos, nuevas ilusiones.

El pasado 6 de junio se celebró en el Baluarte de Pamplona la 4ª Asamblea de Nafarroa Bai, una asamblea esperada e importante para el futuro de Na-Bai, donde todos los partidos que forman la coalición y los diferentes grupos de independientes existentes en su seno, iniciamos el debate sobre su futuro organizativo y estratégico.

Todos coincidimos en considerar a Na-Bai como el hecho más importante de los últimos años en la política Navarra, hecho político que ha roto el bipartidismo inmovilista de UPN y PSN y que ha posibilitado, por primera vez en 20 años, un cambio que necesita Navarra para poner fin al gobierno de la derecha y para normalizar la convivencia entre las diferentes sensibilidades identitarias existentes en nuestra sociedad. Todos coincidimos en señalar que Na-Bai representa la voluntad de gran parte de la ciudadanía de Navarra de trabajar unitariamente bajo un proyecto transversal y transformador, en el objetivo de alcanzar una sociedad más avanzada y solidaria, trabajando para que otra Navarra sea posible.

Y también todos coincidimos en afirmar que si Na-Bai pretende ser el agente principal del cambio real que necesita Navarra deberá necesariamente aprender a convivir en su propia diversidad, desde la autocrítica, la flexibilidad y el consenso, pero también desde la lealtad colectiva y el respeto sin fisuras a las decisiones tomadas, desde la coherencia y homogeneidad con los acuerdos pactados.

Hasta aquí todos estuvimos de acuerdo y sin duda era importante manifestarlo para seguir avanzando, sin embargo es ya hora de pasar de las palabras a los hechos, dar pasos concretos y ser más ambiciosos.

Siendo verdad que hay que dar un tiempo prudencial para posibilitar el consenso y el acuerdo necesario entre los partidos, no es menos cierto que si queremos mantener la enorme ilusión que Na-Bai generó en gran parte de la sociedad Navarra, Na-Bai debe seguir avanzando y transformarse, en un tiempo concreto y con plazos, en una nueva forma de organización política que de voz y capacidad de acción política a miles y miles de navarros y navarras desilusionados con una forma de hacer política sectaria, partidista y en muchos casos con graves deficiencias democráticas.

Es hora de dotar a Na-Bai de una estructura propia y estable, basada en modelos organizativos más abiertos y democráticos, posibilitando la participación política de la sociedad civil, que propongan las bases programáticas y estratégicas para propiciar que Na-Bai, en las elecciones del 2.011, aspire a convertirse en la primera fuerza política de Navarra.

Una nueva forma de organización política y social estable, con cauces internos y externos de información, con garantías democráticas de funcionamiento y participación, con equipos bien preparados y coordinados, con estrictos códigos éticos para sus cargos institucionales y con poder para finalmente, tras el rodaje necesario y ritmos que se acuerden, ser decisorios en la elaboración de los programas y en la confección de las candidaturas electorales, todo ello sin tener en cuenta la militancia política, sindical o social de sus miembros, considerando que la diversidad y la pluralidad ideológica de Na-Bai, como coalición progresista, de izquierda, abertzale y vasquista, es uno de nuestros sus mejores activos para la construcción de una Navarra más progresista, solidaria, plural y libre.

Y para construir todo lo anterior es necesario empezar de forma inmediata por la creación de la figura del afiliado o miembro de Na-Bai, por coordinar su trabajo y recoger sus alternativas, propuestas y experiencia en la gestión de multitud de sectores y problemas urgentes que tiene la sociedad Navarra, eligiendo a las mejores personas por sus ideas, por su comportamiento democrático, por su capacidad de trabajo y consenso, por su preparación y propuestas, por sus cualidades éticas y humanas, por su capacidad de formar equipos y entender la política como una cuestión colectiva y delegada, no por el color de su carnet o matices ideológicos.

Una estructura propia y estable basada en una organización que funcione con hombres y mujeres comprometidos con sus decisiones, conscientes de que en democracia la función más importante es la del ciudadano y que la democracia ciudadana, que algunos llamamos real, es mucho más importante que la democracia formal o ir cada cuatro años a votar, que sean capaces de ser portavoces de las propuestas y alternativas de Na-Bai hacia sus simpatizantes y electores, capaces de recoger las demandas sociales e interactuar en los movimientos sociales y sindicales sin dogmatismos y respetando sus diferentes ámbitos de actuación.

La estructura que se dote Na-Bai debe ser transparente, sus cargos de representación deben ser evaluables y revocables y para que ello sea posible los afiliados o miembros de Na-Bai deben de contar con la totalidad de la información, de los contenidos y de los términos del debate, posibilitando nuevas formas de participación en las decisiones bajo la premisa y única limitación de un hombre o mujer un voto.

Y qué pintamos los partidos en Na-Bai, se preguntarán algunos ?. Además de seguir demostrando nuestra generosidad y visión de futuro en la construcción de la Navarra del Siglo XXI, reconociendo que juntos somos más y la enorme responsabilidad que en este momento tenemos, los partidos políticos de Na-Bai tendremos el marco ideal para exponer nuestras propuestas y alternativas para propiciar nuevos debates y avances sociales, tendremos la mejor herramienta para la acción política, una herramientas más efectiva y útil en la transformación social por la que todos trabajamos, asumiendo formas de actuación política más abiertas a la sociedad, dando prioridad a los acuerdos globales sobre los matices, para construir una nueva forma de hacer política, que ya estamos haciendo, trabajando apasionadamente para transformar esta sociedad absurda, consumista e insolidaria en una sociedad diferente, más igualitaria, más justa, más libre y sostenible.