martes, 17 de febrero de 2009

- Venezuela: solidez democrática





Editorial de la Jornada
, periódico Mexicano

Ayer, en una jornada electoral ejemplar y tranquila, fue aprobada, por diferencia de casi 10 puntos porcentuales, la reforma constitucional propuesta por el presidente Hugo Chávez, que le permitirá postularse para la relección por tiempo indefinido. De tal forma, el chavismo mostró un avance importante, de casi dos millones de votos, con respecto a los sufragios obtenidos en diciembre de 2007, cuando se rechazó un paquete de enmiendas que incluía la relección indefinida restringida a la figura presidencial, a diferencia de ahora, que se extiende a cualquier cargo de elección popular.

Como todos los procesos electorales que han tenido lugar en Venezu
ela desde que Chávez arribó al poder, hace una década, el referendo de ayer constituyó un factor de polarización ciudadana, aglutinó declaraciones enconadas en favor y en contra de la propuesta chavista –posturas que, finalmente, no trastocaron la calma en que transcurrió la jornada comicial–, y no estuvo exento de acciones abiertamente injerencistas de actores foráneos, esta vez expresadas en la persona del eurodiputado español Luis Herrero, del Partido Popular, quien la víspera había calificado a Hugo Chávez de "dictador" y había criticado severamente al órgano electoral de Venezuela, inaceptable intervención en asuntos internos de ese país.

Es obligado destacar, a efecto de poner en contexto el hecho que se comenta, que la aprobación de estas enmiendas no constituye un acontecimiento aislado ni privativo de Venezuela, sino que forma parte de una suerte de oleada releccionista que se ha extendido por toda la región, en el contexto de la cual se han avanzado las reformas legales correspondientes en naciones con gobiernos de distinto signo político: desde los identificados con posturas progresistas (Ecuador, Bolivia y Venezuela) hasta países como Colombia, gobernado por la derecha y aliado regional de Estados Unidos, donde se discute la posibilidad de que el presidente Álvaro Uribe contienda por un tercer periodo presidencial el año próximo. Este fenómeno regional indica, por un lad
o, la articulación de discursos y programas gubernamentales coherentes con las demandas de sus respectivas poblaciones, y es indicativo, en los casos boliviano, ecuatoriano y venezolano, del hartazgo de la población hacia la clase política que emanó de los procesos de transición, plegada sistemáticamente a los designios neoliberales de Washington y los órganos financieros internacionales.

Por lo que se refiere en concreto a Venezuela, llama la atención que la oposición de ese país se empeñe en basar su estrategia argumentativa en el supuesto riesgo de que el actual presidente venezolano se vea fortalecido por una reforma constitucional como la aprobada. En contraste con el carácter autoritario y hasta dictatorial que se le achaca, Hugo Chávez ha demostrado una actitud respetuosa de la insitucionalidad política venezolana –ayer mismo llamó a "fortalecer las instituciones del Estado"– y del voto popular –incluso cuando éste no le ha favorecido–, así como una constante disposición a someterse, en una decena de ocasiones, a procesos de auscultación ciudadana: para ganar la Presidencia, para ser ratificado en el cargo, para aprobar la Constitución vigente, para dar curso a un referendo revocatorio exigido por la oposición y para relegirse, amén de elecciones legislativas y regionales.

Las advertencias del antichavismo, por lo demás, parecen soslayar que en Venezuela existe una autoridad electoral que se ha mostrado sólida e imparcial, y que hay elementos institucionales, como la posibilidad constitucional de realizar referendos revocatorios, que pueden fungir como contrapesos al régimen.

Finalmente, el resultado del referendo de ayer pone en relieve la existencia de una competencia política real en Venezuela, perspectiva que confirma que en ese país existen las condiciones necesarias para avanzar en las transformaciones sociales por la vía democrática y que debiera desactivar, de una vez por todas, los afanes golpistas acendrados en algunos sectores de la oposición expresados en abril de 2002.

miércoles, 4 de febrero de 2009

- Beneficios de la banca, ¿Para llorar o reír ?.

Cuando uno se levanta de la cama y comprueba la cruda realidad, es difícil saber si reír o echarse a llorar. El Banco Santander y el Banco Bilbao Vizcaya acaban de anunciar, a bombo y platillo, que sus beneficios económicos durante el año 2.008 han alcanzado una cifra de 5.020 y 8.876 millones de euros, respectivamente.

¿ Cómo es posible que mientras los dos principales bancos del estado español obtienen enormes y desproporcionados beneficios económicos, en un año negro para la economía mundial, 1.280.300 de ciudadanos y ciudadanas han perdido su empleo durante el año 2008, un 66, 4% más respecto al 2007 y otros 10 millones de trabajadores ganan menos de 14.000,00 € al año ?. Cómo es posible que algunos a este sistema económico le llamen democrático y del bienestar ?.

¿ Cómo es posible que durante el primer año de la peor crisis económica que hemos vivido desde la II Guerra Mundial, algunos sigan haciendo enormes negocios especulativos y financieros, también en tiempos de crisis, mientras las deudas con respecto a los ingresos en las familias es el doble que las del año 2.004 y el impago de hipotecas para el año 2.009 se multiplicará por quince ?.

¿ Cómo es posible que la principal medida de nuestros dirigentes políticos, en este enorme desastre humano, sea inyectar a la banca100.000 millones de euros de las arcas públicas del estado pagados religiosamente por todos los ciudadanos, a los mismos que ahora declaran estos inmorales beneficios, mientras el trabajador medio entre el año 1.995 y el 2.005 ha perdido un 4 % de su poder adquisitivo y ya 827.000 familias están sin ningún tipo de trabajo, un 87 % más respecto al año 2.007 ? ¿ Cómo es posible que esos mismos dirigentes políticos nos pidan moderación salarial o reducir los salarios, compartir la crisis y más competitividad ?.

Pienso que ya es hora de sacar conclusiones de tanto desastre especulativo y mal hacer de la banca, es hora de que el estado, en sus diferentes formas institucionales y en representación de la ciudadanía, articule medias estrictas y urgentes a favor de la mayoría de la sociedad. Algunas parece que solo son de sentido común:

1. Poner fin a los paraísos fiscales. Paraísos fiscales que solo sirven para ocultar el dinero negro de la economía especulativa y del patrimonio fraudulento de negocios oscuros y corruptos, que huyen del pago de impuestos y de la acción de la justicia para evitar responsabilidades, incluidos los de las mafias del narcotráfico, la venta ilegal de armas y de las redes internacionales de prostitución.

2. Prohibir los chiringuitos financieros. Mediante la intervención del estado ejercida a través de un mayor control y fiscalización directa de las cuentas e inversiones financieras de las entidades bancarias al efecto de poner fin a una especulación que nunca favorece a la mayoría de la sociedad sino a unos pocos que luego siempre quedan impunes.

3. Endurecimiento de las penas por delitos económicos. Endureciendo sensiblemente las penas para los responsables, directivos y altos ejecutivos de la banca y entidades financieras que con su actuación delictiva perjudican la solvencia, garantía y estabilidad de los depósitos de la ciudadanía.

4. Recuperar la banca pública. El estado debe recuperar y apostar por una banca pública potente, deshaciendo el camino hecho por la presión de los grandes bancos para eludir la competencia, la posible acción de equilibrio de la banca pública en la economía social, que un día desmantelaron y que ahora estamos pagando muy caro.

5. Implantación de un nuevo modelo de intermediación bancaria. A través de una banca pública al servicio de las necesidades de la sociedad, recuperando el espíritu originario de las cajas de ahorro, articulando un nuevo tipo de intermediación bancaria al servicio de la creación de riqueza y de actividad productiva.

La banca tradicional ha perdido su valor de intervenir a favor de la economía real, de facilitar liquidez a las pequeñas empresas, autónomos y consumidores, el estado y sus dirigentes políticos no pueden limitarse a seguir tapando los agujeros y desaguisados de la banca, que en días de juerga y ruleta rusa jugaron con el dinero de todos, y después de recibir ayudas y financiación que no llega a la sociedad, ahora declaran beneficios multimillonarios.

Es hora de que el estado y sus dirigentes políticos, incluida la socialdemocracia europea, renuncien a las políticas monetaristas del neoliberalismo, que pongan límites y freno al mito libre mercado y a la no intervención del estado, que solo favorecen a los que más tienen.

Es hora de que el estado y sus dirigentes políticos apuesten por la acción directa en la economía real a través de la banca pública, es hora que apuesten por un fuerte endeudamiento público para promover y financiar directamente la compra de viviendas de protección oficial, para invertir en I+D +I, para crear nuevos puestos de trabajo y garantizar el mantenimiento de los existentes, para mejorar los servicios públicos y las prestaciones sociales, para fomentar proyectos de economía comunitaria, responsable, social y sostenible que generen incrementos reales del poder adquisitivo de los salarios, es hora que apuesten definitivamente por poner límite a la avaricia de un sistema capitalista para que de una vez por todas no paguemos sus eternas y constantes crisis, incluso en tiempo de crisis.

lunes, 2 de febrero de 2009

- FSM-09. Esta crisis no la hicieron Chaves ni Evo.

Sandra Russo

El mandatario de Brasil prefirió esta vez estar en el Foro de Belém y no en el de Davos. “Estoy cansado de hablar con yuppies que dicen lo que tenemos que hacer en Brasil y ni saben dónde queda”, afirmó.

“El mundo desarrollado decía lo que teníamos que hacer en América latina, parecían infalibles y nosotros incompetentes, nos vendieron que el Estado no podía nada y que el mercado desarrollaría nuestros países, y ese mercado quebró por falta de responsabilidad y control, la palabra de orden de hoy es: otro mundo es posible, y aún más, es necesario e imprescindible que busquemos un nuevo orden.” Hubo una ovación cuando dijo “otro mundo es posible” y otra más cuando habló de la “quiebra del dios mercado”.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no había participado del encuentro entre los presidentes de Paraguay, Venezuela, Ecuador y Bolivia con los movimientos sociales, el jueves, sencillamente porque no fue invitado por los organizadores de ese acto puntual, que fueron los miembros del MST, los Trabajadores Sin Tierra.


Pero el hangar de la Universidad Estadual todavía no había recuperado su aspecto habitual de gimnasio, cuando otro encuentro se llevó a cabo por la noche, y allí sí se sumó Lula a Fernando Lugo, Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales.

Allí, en el hangar de la Universidad de Belém, bajo un calor denso y pastoso, Lula reivindicó el rol del Estado en el contexto de la crisis global, para garantizar el empleo y la continuidad de los procesos productivos regionales. Como político en funciones hizo también anuncios que para muchos sonaron a electorales y fuera del contexto del debate del Foro, como la suba del salario mínimo y la creación de un millón de viviendas.

Con su estilo didáctico a veces, y agitativo en otros momentos, Lula dijo que aún no se sabe cuál es el piso de la actual crisis. El debate del que participó junto a sus colegas presidentes, a última hora del jueves, se llamó “América latina y los desafíos de la crisis internacional”. “La crisis está llegando a América latina. Hay recesión en Estados Unidos y Europa. En esta crisis el Estado tiene que asumir las inversiones. Vamos a anunciar la construcción de 500.000 casas en 2009 y otras 500.000 en 2010. Petrobras va a invertir 174.000 millones de dólares hasta 2012 para mantener puestos de trabajo”, dijo Lula, que alguna vez fue abucheado en el FSM. En esta oportunidad, sin embargo, el público le fue favorable y hasta entusiasta, fue recibido con respeto y vivado varias veces durante su intervención.

El auditorio estaba desbordado por unos 10.000 participantes, entre dirigentes sociales, indígenas, estudiantes y activistas ambientales, que lo aplaudieron cuando indicó que hasta hace poco los países centrales dictaban todas las recetas, “y ahora la crisis es de ellos”.

“Esta crisis no nació por causa del socialismo bolivariano de Chávez, o por Evo, sino porque en los años ’80 y ’90 el Consenso de Wa-shington estableció que nuestros Estados no debían intervenir para nada”, dijo, en la misma línea que los otros cuatro presidentes presentes. “Me cansé de ir a Londres o a Nueva York a debates con yuppies de 30 años que decían lo que tenía que hacer Brasil y ni siquiera sabían dónde quedaba.” Con ironía invitó a “esos yuppies” a que vayan a decirle “a nuestro querido Obama” lo que tiene que hacer ahora. Con relación a medidas proteccionistas que comienzan a anunciar las economías centrales para protegerse de la crisis, Lula señaló que “en este momento, el proteccionismo va a agrandar la crisis, no a resolverla. Es importante que los países ricos no olviden nunca que han sido ellos los que inventaron esta historia de que el comercio podría fluir libremente. Tenemos muchas esperanzas de que el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, tome decisiones para resolver esta crisis y no deje que los pobres paguen los platos rotos”.

Lula habló del “dios mercado” que “quebró” por falta de controles estatales y arremetió contra los protagonistas de ese proceso: “Esos banqueros que miden el riesgo de nuestro país cerraron la boca”. Y agregó: “La crisis es una oportunidad para devolver a aquellos que decían saber más que nosotros cómo tratar el problema del desempleo. Hasta ahora sólo cuidaron el problema de los banqueros. Yo les puedo asegurar que aquí el pueblo pobre no es el que va a pagar el precio de esta crisis”. Mencionó que también habían sido invitados pero no habían podido asistir “la compañera presidenta Cristina, de Argentina, la compañera Michelle Bachelet, de Chile, y el compañero Tabaré Vázquez”.

Lugo, Chávez y Correa retomaron la línea de los discursos que habían pronunciado un rato antes ante los movimientos sociales. Evo Morales, en cambio, fue más allá. Propuso concretamente emprender cuatro campañas mundiales. Una, por la paz y la justicia, para llevar a los responsables de las guerras genocidas a los tribunales y acabar con el derecho de veto del Consejo de Seguridad de la ONU. “Tenemos que acabar con la monarquía de Naciones Unidas; no es posible que un país tenga más poder que 190, que el derecho internacional se aplique por igual para todos”, dijo, a lo que siguió una estruendosa ovación. La segunda propuesta, fue a favor de un “nuevo orden económico internacional basado en la solidaridad, justicia y complementariedad entre las naciones”, que reforme instituciones financieras y comerciales internacionales. “El Banco Mundial –reclamó– el FMI y la Organización Mundial del Comercio (OMC) tienen que ser profundamente transformados si quieren ser instituciones financieras al servicio del pueblo. No podemos permitir que se maquillen para seguir como están.”

La tercera campaña que propuso el presidente boliviano consiste en movilizarse para salvar el planeta. Ello implica “cambiar los patrones de consumo. La madre tierra es nuestro hogar, la fuente de nuestra vida. Si los pueblos del mundo no somos capaces de sepultar al capitalismo, el capitalismo sepultará al planeta Tierra”, dijo Evo, en la línea que será uno de los balances más importantes de este foro: la elevación de la agenda del medio ambiente como una bandera política y común a los países de la región.

- Foro Social Mundial: Privilegiar la comunicación alternativa.

- El Foro Social Mundial inauguró una nueva etapa con la actual crisis.

- El Foro Social Mundial y una alternativa real, de Guillermo Almeyra en La Jornada.