lunes, 22 de septiembre de 2008

- Crisis económica, acción pública y transformación social.

Una vez más parece que en nuestra vieja y querida Navarra, los dos grandes partidos, UPN y PSN, dedican más esfuerzos a repartirse el poder y en ponerse de acuerdo en sus intereses políticos a corto plazo, que en reconocer y ponerse a trabajar, junto al resto de partidos y organizaciones sociales, en la resolución de la grave crisis que padece en estos momentos el actual sistema económico, también el navarro, y que ya estamos pagando gravemente la gran mayoría de la sociedad navarra.

PSOE y PP en Madrid, en diferente grado y UPN en Navarra, en su versión más liberal, han venido apostado por un modelo de crecimiento económico basado en la búsqueda del mayor beneficio en el menor tiempo posible, máxima del modelo capitalista imperante, el neoliberalismo, frente a otro modelo de crecimiento más equilibrado, más diversificado y sostenido, generador de riqueza y valor añadido, más solidario con las rentas bajas, equitativo y respetuoso con el medio ambiente y con los recursos naturales.

Un modelo económico que ha estado basado en la defensa de la primacía absoluta del libre mercado y en la libertad de movimientos del capital, en la existencia de paraísos fiscales y en políticas fiscales injustas e insolidarias, en la privatización de los servicios públicos y en el recorte del gasto social; un modelo económico especulativo, basado en la desregulación, en la falta de transparencia y en la no intervención del estado, que ha posibilitado y permitido que unos pocos ganen, durante muchos años, cantidades ingentes y vergonzosas de dinero. El mismo modelo que han practicado los grandes bancos y las multinacionales, del FMI y del G-7, el modelo de la gran patornal CEOE y del CEN, de los que nunca socializan sus beneficios y ahora se rasgan las vestiduras y reclaman ayudas institucionales millonarias, con los impuestos de todos, en aras del interés general.

Es hora que UPN y PSN admitan que la actual crisis económica es algo más que un ciclo descendente de la economía mundial y que reconozcan que la combinación de la especulación financiera e inmobiliaria y un desmedido consumo sustentado en créditos y en un endeudamiento permanente han posibilitado, particularmente en el estado español, que hayamos pasado, en pocos meses, del falso y manido “todo va bien” a ser uno de los estados de la unión europea con peores previsiones económicas y desempleo.

Porque si no, qué ha hecho UPN y el PSN en Navarra por una vivienda digna y asequible, por un modelo de crecimiento urbanístico equilibrado y adaptado a las necesidades reales de la sociedad ?, no han hecho nada, solo han fomentado la especulación y los pelotazos inmobiliarios permitiendo la existencia de 20.000 viviendas vacías en Pamplona y su comarca mientras seguían recalificando terrenos y promoviendo la construcción de otras 40.000 viviendas, a precios desorbitados, que no se necesitaban .

Qué ha hecho UPN y el PSN por una política fiscal justa, reparadora de de los desequilibrios económicos y territoriales existentes en Navarra, garante de servicios y dotaciones públicas de calidad?; han reducido los impuestos favoreciendo a las grandes empresas, a las multinacionales y a las clases más altas; han permitido enormes desviaciones en la ejecución de nuevas infraestructuras y obras públicas; han incumplido sus compromisos presupuestario en inversiones y gasto social, degradando los servicios públicos (transporte, guarderías 0-3 años, educación, asistencia domiciliaria, etc., etc.) para su posterior privatización mientras cada día, eso sí, crean más puestos de designación política, a dedo, compatibilizando salarios en consejos y empresas participadas, que el día de mañana, les garantizará pensiones e ingresos millonarios.

Que ha hecho UPN y el PSN por una política de crecimiento económico de futuro, generadora de riqueza real y empleo estable, sostenida e integradora?; también muy poco, sobre todo han subvencionando proyectos que luego desaparecen mientras las micro pymes, las pequeñas empresas y los proyectos innovadores carecen de ayudas y apoyo institucional; han fomentado grandes superficies, dotaciones faraónicas y desproporcionadas que destruyen el pequeño comercio y deprimen nuestros pueblos y barrios; han construido una industria dependiente de la automoción sin apostar por el futuro de la formación profesional, de la educación, de la investigación y de las nuevas tecnologías.

Es falso que desde la gestión de la economía pública e institucional no podamos trabajar y practicar por un modelo económico diferente, es falso que no existen diferencias entre la izquierda y derecha , es falso que no se pueda hacer una política económica más progresista, más social y redistributiva, más sostenible y solidaria, que genere riqueza, que trabaje y promueva otro modelo de sociedad.

Las fuerzas progresistas y de izquierdas de Navarra tienen que mover ficha y apostar por un mayor protagonismo de las instituciones navarras en la regulación de su propio mercado, de su entorno económico y financiero, particularmente de sus empresas públicas y participadas, de Caja Navarra y empresas dependientes; tienen que ejercer un mayor control e implantar auditorias sobre las actividades subvencionadas con contrapartidas en la reinversión de sus beneficios y blindando su posible deslocalización; tienen que profundizar en la verificación del gasto y del coste realmente ejecutado por las empresas contratadas en la ejecución de las inversiones públicas; tienen que liderar y ejecutar, con recursos públicos y gestión directa, proyectos empresariales estratégicos, particularmente de I+D+i; tienen que activar políticas para recuperar los servicios públicos que han sido privatizados y que son básicos para mantener un estado de bienestar y unos servicios sociales de calidad en momentos de crisis.

Las fuerzas progresistas y de izquierdas de Navarra tienen también que apostar por introducir en los pliegos de condiciones administrativas y contratos de adjudicación cláusulas que favorezcan proyectos de economía social y cogestión; cláusulas que garanticen el cumplimiento estricto de los derechos laborales y favorezcan la integración y contratación de los colectivos más desfavorecidos y marginados de nuestra sociedad; cláusulas de discriminación positiva a favor de las empresas con prácticas de comercio justo, de responsabilidad social y respeto al medio ambiente; cláusulas solidarias con el comercio justo y la economía ética.

lunes, 8 de septiembre de 2008

- La hora de Nafarroa-Bai.

En estos últimos meses, en los partidos y en los diferentes grupos de independientes, muchos están siendo los debates sobre la necesidad de definir más nítidamente las bases, la acción y las formas sobre las que debe trabajar y hacer política Nafarroa Bai al objeto de cohesionar la propia coalición y posibilitar que la ilusión y expectativas que se crearon en gran parte de la sociedad más progresista y de izquierda de navarra, en mayo de 2.007, se transformen en un proyecto sólido, con capacidad de transformar la realidad y lograr avances cuantificables en las legítimas aspiraciones de progreso y cambio que mayoritariamente tiene la sociedad Navarra.

Para muchos, en mi opinión para gran parte de su base social y electoral, Nafarroa Bai representa, mayoritariamente, a la parte más sensible y solidaria de las sociedades civiles y pueblos de Europa que todavía aspiran y creen en otro tipo de sociedad, que creen que el actual modelo político y económico está agotado, que es necesario modificar, profundamente, las bases sobre la que se asienta una sociedad sustentada en la barbarie, cada día más embrutecida, competitiva, consumista, injusta y carente de valores, que por primera vez en sus miles y miles de años de existencia está siendo capaz de poner en riesgo su propia supervivencia y el futuro de las próximas generaciones.

Nafarroa Bai, por primera vez en décadas, ha posibilitado el trabajo unitario, transversal y transformador de miles y miles de navarros y navarras que aspiran a cambiar Navarra, que aspiramos a gestionar los intereses de la mayoría a favor de la mayoría, que aspiramos cada día a ser más libres y a gestionar mejor los intereses colectivos, menos condicionados por los poderes fácticos porque somos capaces de ser críticos y tener opinión propia, que apostamos por proyectos comunitarios y estamos dispuestos a que los beneficios e impuestos que deben pagar los que más tienen se inviertan, más y mejor, en beneficio de la propia sociedad.

Un cambio que aspira quitar a la derecha de UPN-PP la nefasta gestión de los intereses generales de un pueblo que en los últimos 20 años, sistemáticamente, han sido suplantados por los intereses de los más poderosos, de los que más tienen y cada día, obsesivamente, más quieren.

Un cambio incompatible con la violencia frente a la acción política, incompatible con la imposición frente al derecho a la identidad y a la capacidad de decidir, incompatible con la falta de crítica y autocrítica, con él sectarismo y con la incapacidad de construir, incompatible con el victimismo, con creerse poseedor de la única verdad y con el mal hacer.

Un cambio que el PSN-PSOE prometió y sistemáticamente incumplió como consecuencia de su incapacidad de transformar el actual modelo político y económico por otro más justo, democrático y equitativo, limitándose a ofrecer la cara más social y benefactora del capitalismo, cuando no, como en el caso de Navarra, a sustentar directamente el gobierno de la derecha más clasista y conservadora.

Un cambio que necesariamente pasa por mantener el proyecto de Nafarroa Bai, por mantener la unidad que nos prometieron generosamente sus dirigentes en vísperas electorales ante luces y taquígrafos, con sonrisas y abrazos, que presagiaba un trabajo unitario, intenso, responsable, proporcional a la confianza recibida y a las demandas sociales de más 80.000 ciudadanos y que al día de hoy conlleva, si cabe, una mayor responsabilidad política cuando, en plena crisis económica, el pacto UPN-PSN mira para otro lado y son incapaces que ofrecer alternativas profundas y efectivas para que la crisis no la paguen los de siempre.

Es hora que los dirigentes de Nafarroa Bai, especialmente los de los partidos e independientes, hagan un ejercicio de responsabilidad, se pongan a la altura del momento y de la oportunidad política que les ha tocado vivir y den prioridad en su trabajo a los intereses de la colectividad que representan y no caigan en los mismos errores y prácticas que ellos mismos critican en otros, que no se deslumbren con los flases y las bambalinas del poder, que dediquen más esfuerzo e intensidad al trabajo diario en favor de la comunidad, a gestionar y resolver los problemas reales de la sociedad, desde la firmeza pero sobre todo desde un trabajo serio, sensato, efectivo, con propuestas cercanas y evaluables.

Es hora que los dirigentes de Nafarroa Bai, con o sin etiquetas de partidos e independientes, demuestren que su apuesta por Nafarroa Bai, por los navarros y navarras es estratégica, auténtica, comprometida y no un movimiento táctico para mejorar la posición institucional de tal o cual partido, que su apuesta por Nafarroa Bai no es un mero trampolín para promociones individuales, con mucha palabrería y purpurina pero carente de contenidos.

Por todo ello creo, a título individual, que ha llegado la hora de definir más nítidamente las bases, acción y formas sobre las que debe trabajar y hacer política Nafarroa Bai, tanto externa como internamente, es hora de exigir a nuestros dirigentes que digan lo que quieren y hagan lo que dicen, es hora de recordarles que tienen que responder a los mandatos de la última asamblea, que sus cargos y responsabilidades personales e institucionales son delgadas, revocables y que sin acuerdos, sin mayorías sólidas y estables no será posible el cambio en Navarra que demanda la base social de Nafarroa Bai.