Primero, constatar que el 84 % de la ciudadanía ha apostado por el bipartidismo, el PP y el PSOE han obtenido, conjuntamente, su mayor porcentaje de voto en unas elecciones tras la constitución del 78; esta tendencia al bipartidismo cuenta con el apoyo creciente, interesado e incondicional de los poderes económicos y mediáticos del estado español.
Segundo, nos guste o no el PSOE ha monopolizado el voto progresista y de la izquierda parlamentaria gracias a una monotemática y presidencialista campaña basada en el “voto útil” y “el miedo a que viene el PP”.
Tercero, el fracaso del actual proyecto político de IU es un fracaso que no solo se debe a un sistema electoral injusto, la IU de Anguita con el mismo sistema electoral obtuvo 21 diputados en las elecciones del año 96, sino que también se debe a una abstención crítica de muchos ciudadanos de izquierda defraudados con su incapacidad para diferenciarse y hacer una oposición de izquierdas real, desde el parlamento y desde la calle, a un gobierno del PSOE.
Cuarto, la volatilidad del voto de la parte más acomodada y conservadora del electorado de los partidos independentistas de derechas, PNV y CIU sobre todo, ante el miedo de que el enfrentamiento y la confrontación con los poderes del estado español conlleve la pérdida de parte de sus privilegios como clases acomodadas.
Quinto, el estancamiento, sino retroceso claro en Navarra, del voto de la izquierda abertzale oficial cuyos resultados en ningún caso han sido superiores a los obtenidos en las elecciones del 2004, cuando apostando por el voto nulo obtuvieron un 7,6 % en la CAV y un 4,4 % en Navarra, conjuntamente alrededor de 120.000 votos, que no son pocos en cualquier caso.
Sexto, una vez más queda acreditado con el asesinato del militante socialista Isaías Carrasco, la instrumentalización que hacen el PP, el PSOE, el estado y los medios de comunicación ante la irracional violencia de ETA contra cualquier alternativa que desde la CAV o Navarra defienda el derecho a decidir de nuestro pueblo.
Séptimo, la inexistencia de un proyecto unitario alternativo al PSOE donde desde el respeto al derecho de decidir de cada pueblo y la defensa de un programa progresista y de izquierdas se pretenda una transformación real, más justa, más sostenible y más democrática de la economía, de la sociedad y del poder. En Navarra y Galicia, con Nafarroa Bai (19 %) y el Bloque Nacional Gallego (12 %) y también en Iparralde con la aparición de Euskalerria Bai, marcan el camino que muchos hombres y mujeres de izquierdas, nítidamente críticos con las formas y contenidos de hacer política del PSOE, reclaman.
Tras este breve análisis, extrapolable en términos generales también a Navarra, en mi opinión es ya hora de que en Nafarroa Bai tomemos la iniciativa política y avancemos, cuantitativa y cualitativamente, si queremos ser la referencia mayoritaria para los navarros y navarras progresistas y de la izquierdas real.
Nafarroa Bai debe seguir trabajando por incorporar a la coalición a nuevas sensibilidades, Nafarroa Bai somos todos los que estamos pero podemos ser muchos más para el cambio, progreso y normalización que necesita Navarra.
Tras cuatro años de existencia Na-Bai debe consolidar y mejorar su estructura y organización interna, dando voz y participación directa a cientos de navarros y navarras que sin pertenecer a ninguno de los partidos y grupos de independientes que conforman Na-Bai quieren trabajar en el día a día de la coalición. Todo ello combinando el respeto a las diferentes sensibilidades con la más absoluta fidelidad al proyecto, programa y a las decisiones mayoritarias.
Tenemos que aprender a gobernar nuestra diversidad si queremos gobernar Navarra, para llevar a posiciones más avanzadas a la mayoría de los ciudadanos de Navarra que se considera, con razón, con convicción y con todo derecho como progresistas y de izquierdas.La desaparición de Na-Bai va a ser el principal objetivo político de UPN, PSN-PSOE y HB en los próximos años, no les demos facilidades y sigamos construyendo acuerdos y estructuras más democráticas y participativas que tanto echamos en falta y criticamos en ojo ajeno, ya que, Na-Bai debe centrarse en dar respuesta a los problemas que tiene y padece la ciudadanía navarra.
Na-Bai de forma prioritaria debe responder a las serias dificultades económicas que una importante parte de los ciudadanos de navarra van a tener, después de años de enormes beneficios para los bancos, constructores, multinacionales y grandes empresas.
Na-Bai debe priorizar su trabajo político en la defensa de los intereses de la mayoría de la sociedad para que, una vez más en tiempos de crisis, no sean los trabajadores, pequeños comerciantes y autónomos quienes paguen los platos rotos.
Na-Bai de forma prioritaria debe poner en el debate político de Navarra lo que le importa y afecta a la ciudadanía de Navarra. Propuestas concretas que defiendan y refuercen los servicios públicos (sanidad, educación, infraestructuras, viviendas, transporte, etc.).
Propuestas avanzadas para intervenir contra la especulación económica neoliberal, contra el fraude e injusticia fiscal. Propuestas viables que profundicen el actual estado de bienestar y que aspiren a alcanzar los niveles de la europea de los 15, sin recortes en los aumentos salariales y sin contratos basura.
Propuestas solidarias que promuevan una economía justa en su distribución geográfica y sostenida medioambientalmente, que inviertan en la recuperación de nuestra lengua, el euskera, en cultura y en I+D+I.
Propuestas sin retorno, que profundicen en nuestra capacidad de autogobierno y poder de decisión.Na-Bai, desde la ética y el respeto de todos los derechos humanos, debe dar prioridad en su trabajo a los problemas reales de la mayoría de la sociedad, de los movimientos sociales y vecinales, de los sindicatos, de las asociaciones culturales y profesionales, ya que, nuestra voluntad es transformar Navarra y para ello es imprescindible alcanzar acuerdos de progreso que posibiliten desplazar de las instituciones a la derecha más conservadora, UPN-PP, de la instrumentalización que hacen del poder para sus intereses económicos y personales, y esto, en los próximos años va a depender en gran medida de la fuerza, de la unidad y del trabajo político de Nafarroa Bai, nosotros si debemos asumir nuestras responsabilidades y compromisos electorales, en caso contrario habremos desaprovechado una ocasión histórica para hacer otra Navarra posible.